martes, 17 de febrero de 2015

Comentario de texto (2º)


Texto 2º

“Analizadas estas cuestiones, reflexionaba en general sobre todo lo que se requiere para
afirmar que una proposición es verdadera y cierta, pues, dado que acababa de identificar una
que cumplía tal condición, pensaba que también debía conocer en qué consiste esta certeza. Y
habiéndome percatado que nada hay en pienso, luego soy que me asegure que digo la verdad, a
no ser que yo veo muy claramente que para pensar es necesario ser, juzgaba que podía admitir
como regla general que las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas
verdaderas; no obstante, hay solamente cierta dificultad en identificar correctamente cuáles son
aquellas que concebimos distintamente”. (R. DESCARTES, Discurso del Método, IV).


2. Comentario del texto:
 Apartado a) Explicación de las expresiones subrayadas.
 Apartado b) Exposición de la temática del mismo.
 Apartado c) Justificación del tema del texto desde la posición filosófica del autor.

*Duración: 50 minutos. Atención: si estas cuestiones hubiera que resolverlas en un examen de Selectividad, habría que intentar hacerlas en 45 minutos; dejando los restantes 45 para 1)  Contexto histórico, cultural y filosófico del autor del texto, y 3) Relación del tema elegido con otra posición filosófica y valoración razonada de su actualidad.

*Nota: es conveniente no pisar ni en el tema del texto ni en el análisis de los términos lo que después se planteará como justificación-


 2. a)      Analice la expresión clara y distintamente.


Descartes entiende por clara a la idea que está presente y manifiesta para una mente atenta, al igual que decimos que vemos con claridad aquellas cosas que están presentes ante nuestros ojos atentos y los mueven de un modo suficientemente fuerte y manifiesto. Llama distinta a aquella que, siendo clara, está separada y segregada de todas las demás, hasta el punto de que no contiene en sí misma nada más que lo que es claro. Claridad y distinción es el criterio de certeza, de manera que Descartes establece la siguiente regla general: todo aquello que se perciba con claridad y distinción es verdadero. Por eso, también, la primera regla del método, la evidencia, consistirá en no admitir ninguna proposición, ningún juicio que no sea concebido con claridad y distinción. 


2. b)   Explique el tema del texto.

En este fragmento de la 4ª parte del “Discurso del Método…”, Descartes comenta cómo por fin había alcanzado una primera verdad evidente por sí misma, una verdad absolutamente cierta de la que no se podía dudar, esta es, la existencia del sujeto que duda y piensa. Al haber encontrado esta verdad, Descartes consigue salir del escepticismo al que había llegado previamente tras llevar a cabo el proceso de eliminación todos aquellos conocimientos, ideas y creencias que no aparecieran dotados de una certeza absoluta. La duda con la que comienza Descartes, en el sentido de que no encontraba ninguna verdad de la que no pudiera dudar, es una duda metódica, es una exigencia del método en su momento analítico.

Pero encontrada esa primera verdad, “pienso, luego soy”, lo que a continuación se pregunta Descartes es qué es lo que hay en ella que la haga absolutamente cierta. Si se consigue saber qué es lo que ha hecho, o nos permite aceptar, a esa idea como absolutamente cierta, podremos saber cuáles son las condiciones que se necesitan para admitir como verdadera cualquier otra idea o proposición; cuándo estamos también en presencia de otras verdades. ¿Qué tiene el “pienso, luego soy” que la hace absolutamente cierta? Dado que se ve muy claramente que para pensar es necesario ser, Descartes sostiene que lo que hace que esta idea sea absolutamente cierta es que se percibe con "claridad y distinción" (términos analizados más arriba). Por tanto, si la claridad y distinción es lo que hace verdadero al “pienso, luego soy”, ("ver muy claramente que para pensar es necesario ser") también la claridad y distinción es lo que hará de cualquiera otra proposición o idea el que pueda ser admitida como verdadera. Aunque admite cierta dificultad para identificar cuáles son distintas, la claridad y distinción se convertirá así en la regla general, en el prototipo de toda verdad y de toda certeza, que será aplicada por Descartes a lo largo del proceso deductivo, del sistema en el que irá construyendo el edificio entero de nuestros conocimientos.

2. c)     Justifique el tema del texto desde la posición filosófica del autor.

¿Por qué necesita Descartes esa regla general que le permita aceptar ideas o proposiciones como verdaderas? Porque Descartes quería construir un sistema de conocimientos de cuyas proposiciones no se pudiese albergar ningún tipo de duda. Para ello se había propuesto aplicar el método deductivo que tan buenos resultados había proporcionado a las matemáticas. Él lo simplificó con las cuatro reglas: evidencia (no admitir por verdadero más que aquello que es captado con claridad y distinción, como aprecia Descartes en el texto acerca de esa primera verdad encontrada), análisis, síntesis y enumeración.

Pero el problema para la aplicación del método era encontrar esa primera verdad que fuera evidente por sí misma, absolutamente cierta y a partir de la cual poder continuar con la deducción. Descartes tenía motivos para no aceptar verdades que se presentaban como tales. En primer lugar porque aunque es improbable que los sentidos nos engañen, la improbabilidad no significa certeza, es la conocida falacia de los sentidos. En segundo lugar porque no podemos estar seguros de distinguir entre la vigilia y el sueño. Por último (Descartes añade posteriormente un motivo más radical), dormidos o despiertos, las verdades como las de las matemáticas son ciertas, pero tal vez pueda existir un genio maligno que nos haga creer en su certeza no siendo así. Por tanto, es necesario eliminar esos motivos de duda si se quiere aplicar con éxito el método. Encontrar esa primera verdad parecía tarea imposible y que abocaba al escepticismo. Pero Descartes de una cosa no puede albergar la más mínima duda: del hecho de estar dudando y estar pensando, el ser una cosa que piensa (res cogitans); de ahí su célebre frase “pienso, luego existo”. Encontrada esa primera verdad, la existencia del sujeto que duda y piensa, absolutamente cierta, Descartes se pregunta por aquello que hace que esta proposición lo sea. Precisamente, esta reflexión y análisis es lo que Descartes realiza en el texto que estamos comentando. Consiste en la claridad y distinción con que se percibe (la expresión ha quedado analizada en el apartado a). Este criterio de certeza o regla general le servirá para saber cuándo podemos admitir una proposición como verdadera, como el hecho de saber que yo, como sustancia pensante, soy una cosa diferente del cuerpo.

Pero hasta ahora lo único que Descartes ha admitido es el ser una sustancia pensante. ¿Cómo demostrar la existencia de la realidad extramental? Tenemos la idea de mundo, pero con ello no podemos decir que quede demostrado que el mundo exista. ¿Cómo salir del pensamiento, de esa primera verdad que hemos alcanzado? Para ello Descartes analiza el pensamiento. Su actividad consiste en pensar ideas. Entre ellas encuentra las que parecen provenir del exterior (adventicias) y las que surgen de unir otras ideas (facticias). Ninguna de ellas le sirve para demostrar la existencia del mundo. Pero también encuentra otro tipo de ideas que no son ni adventicias ni facticias: son innatas. Por ejemplo la idea de infinito o Dios. Mediante el argumento ontológico y la causalidad aplicada a la idea de Dios, Descartes demuestra su existencia.

Demostrada la existencia de Dios, Descartes sí puede afirmar la existencia del mundo despejando cualquier sombra de duda: Dios, perfecto y sumamente bondadoso, no puede permitir que me engañe al pensar que el mudo existe; por tanto, el mundo existe. Admitida la existencia del mundo, constituido de extensión y movimiento, se podrán deducir la física y las leyes del movimiento, deducción que el propio Descartes llevó a cabo.

De esta manera, la realidad para Descartes quedaría constituida por tres sustancias: Dios o infinito, pensamiento (res cogitans) y extensión (res extensa). Aunque en rigor solamente podría haber una única sustancia “todo aquello que existe y no necesitas de otra cosa para existir” (Dios), al insistir Descartes en que el alma (pensamiento) es una sustancia distinta del cuerpo (cosa extensiva), lo que pretende es salvaguardar la libertad del alma, evitando el mecanicismo determinista de la materia. Con ello se observa también la raíz antropológica del pensamiento cartesiano y su profunda preocupación por el ser humano, tratando como objetivo de su filosofía el fundar la libertad en la razón para así conseguir la felicidad y perfección humanas.



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